“Como el espacio mortuorio fue insuficiente, el personal recibió la instrucción de que los dejaran en la bodega”, declaró un trabajador del ISSSTE en Querétaro
Trabajadores del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) delegación Querétaro denunciaron que, presuntamente, en el Hospital General Querétaro, ubicado en Av. Tecnológico No. 101 Nte, Las Campanas, en el municipio de Querétaro, no se está realizando un manejo adecuado en el resguardo de fallecidos por Covid-19, pues están guardando los cuerpos en una bodega que no cuenta con las medidas de seguridad e higiene, por lo que el lugar se convierte en un foco de infección y de riesgo de contagios.
Un grupo de trabajadores, quienes por temor a represalias prefirieron omitir sus nombres, aseguraron que ya no aguantan la situación, porque están laborando bajo condiciones insalubres.
Una de las trabajadoras explicó que, previendo que el número de casos de contagio aumentaran, desde principios de enero le solicitaron al director Silvio Rosales Flores que ante esta situación tuviera una intervención oportuna; sin embargo, hicieron caso omiso y ahora no saben cómo resolver la situación.
Detalló que en enero, el ISSSTE registró 73 decesos, de los cuales 51 fueron por Covid-19 y todos necesitaban un espacio mortuorio, porque además los decesos por coronavirus requieren un tratamiento distinto para evitar contagios.
“Como el espacio mortuorio fue insuficiente, el personal recibió la instrucción de que los dejaran en la bodega de activo fijo, área que no reúne las condiciones para mantener un cuerpo frío por el proceso de descomposición, lo que ocasiona que el personal trabaje en unas condiciones laborables terribles, porque cómo vas a estar atendiendo a la gente con náuseas y queriendo vomitar en cada momento”.
Detalló que el área que se habilitó para dejar los cuerpos es pequeña, por lo que estos están apilados y a temperatura ambiente, cuando lo indicado es que estén en refrigeración hasta que van por ellos las funerarias.
“Puede ser que la familia tenga complicaciones para que la funeraria vaya, pero usualmente no pasa de algunas horas en el día, pero esto se ha alterado porque llegan a permanecer apilados entre 10 y 14 días”.
Dijo que una de las alternativas que como trabajadores esperaban era que el director rentara un tráiler, como lo hizo el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de El Marqués, para que aislara los cuerpos del área médica y los conservara a la temperatura requerida.
Otro de los trabajadores refirió que, aunque ya retiraron (el fin de semana anterior) todos los cuerpos, solo se adquirieron cinco gavetas en las que caben dos cuerpos en cada una, pero estos también son insuficientes, porque no hay espacio dónde ponerlo, además de que se requiere de una adecuada instalación para su funcionamiento.
“Las cinco gavetas son insuficientes, porque está sobrepasando el mortuorio, que, además, es un espacio chico; entonces, en un lado está un refrigerador, al lado otro y al fondo otros, pero no hay espacio para colocar más gavetas. Los cuerpos están apilados en un lugar donde no tienen que estar y aunque sean cadáveres los familiares son sensibles en ese momento y a quién le va a gustar que el cuerpo de su familiar esté apilado con otros cuerpos; entonces, ese es el problema”.
Destacó que para echar a andar estas gavetas se debe seguir un procedimiento, es decir, este equipo funciona como un refrigerador, por lo que debe dejarse 24 horas para que el gas se asiente.
“Con independencia de si se ponen en marcha estas gavetas, el lugar donde fueron colocadas no es el indicado, pues incluso se tuvo que poner una extensión para poder conectar las gavetas”.
A través de un video, del cual “Códigoqro” tiene una copia, se muestra cómo un empleado que no porta ningún equipo de protección, rocía desinfectante, luego de que uno de sus compañeros cierra la puerta de la bodega que se designó para dejar los cuerpos.
“Hace un par de semanas, la subdirectora médica, la doctora Irma Hualtal Chong Benítez, le dijo a un compañero que si no se podía ponerles hielo a los cuerpos para conservarlos fríos”.
Equipo médico como papel de china
Por otro lado, una de las trabajadoras del instituto reconoció que sí les dan equipo de protección; sin embargo, este no es de calidad, por lo que el personal médico, las enfermeras, los camilleros y los de intendencia tienen que hacerse de su propio equipo.
“Cada quien invierte en su equipo, porque aquí nadie nos va a cuidar, nos dan un overol que parece que es de papel de china, está muy delgado y se rompe fácilmente y ese equipo lo tenemos que reusar”.
Aseguró que un buen equipo cuesta como 650 pesos más los guantes, caretas, cubrebocas KN-95, porque el que les dan se rompe con facilidad.
Seguirán en lucha ante instancias competentes
Así mismo, otro trabajador refirió que han buscado tener acercamiento con los directivos del instituto, pero siempre los han “bateado”.
“Siempre nos dicen que sí nos atenderán y a la hora que llegamos a la cita, nos cancelan de último minuto; hemos metido escritos dirigidos al director y tampoco tenemos respuesta. El director Silvio Rosales Flores es una persona prepotente y nunca ha mostrado capacidad de estar ahí y solo está exponiendo al personal, porque no tiene cercanía con nadie ni tampoco no sale de su área de confort (oficina)… tú para poder mandar tienes que conocer el área”.
Afirmó que lo más fácil sería ir a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y denunciar las condiciones en las que están trabajando y el manejo que le están dando a los cuerpos, y las autoridades sanitarias clausurarían el instituto.
“Sin embargo, debemos seguir la denuncia ante las instancias correspondientes, porque también corremos el riesgo de que nos digan que por qué no recurrimos a las instancias correspondientes y la otra es que en la Cofepris nos van a pedir que hagamos la denuncia con nombre y cargo, y si lo hacemos, nuestro trabajo está en riesgo”.
Aseguró que los directivos tienen amenazados a todo el personal y si se les contradice buscan la manera de perjudicarte.
Refirió que para evitar que se filtre información, les tienen prohibido el uso del teléfono celular y si ven que están usándolo, preguntan qué es lo que estás haciendo con él.
“Es muy difícil trabajar así, si de por sí cuando uno quiere al instituto, es bien difícil el trabajo; ahora imagínate cuando no, es complicado ver cómo las cosas se van desmoronando, cayendo, la gente ya no quiere trabajar, la gente está harta, cansada, el ambiente laboral es muy malo, es muy tenso, porque la gente ya desconfía, de todo dice y no quiere denunciar porque saben que nadie va a meter las manos por ellos”.
Finamente refirieron que la ocupación hospitalaria está al tope, es decir, actualmente están invadiendo el segundo piso para atender a pacientes con Covid -19.
“En el área de urgencias hay ocho camas y hay 11 personas enfermas de Covid-19 más cuatro sospechosos, hay 20 en medicina interna, en el tercer piso y en cirugía hay dos”.
