Los mexicanos constatamos día a día el deterioro de las instituciones, el menosprecio al Estado de Derecho y el crecimiento de la impunidad en el país. De acuerdo con el estudio “Percepciones de Impunidad 2023” de Impunidad Cero, “la impunidad es generalizada, y va en aumento. Por un lado, el 62% de las personas entrevistadas considera que nunca o casi nunca los responsables de un delito son llevados ante un juez, mientras que 47% consideró que en el último año la impunidad ha aumentado en el país, 38% piensa que se ha mantenido igual y únicamente 14% piensa que se ha reducido”.
Sin embargo, el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar prefiere disertar en redes sociales sobre “¿Por qué me gusta Taylor Swift?”.
Y aunque el jurisconsulto argumente que “Ante todo, escucho su música porque estoy convencido de que, como figura pública, tengo la responsabilidad de amplificar narrativas que permitan construir una sociedad diferente. Taylor Swift es un ejemplo de autenticidad y honestidad intelectual; un derroche de sueños de todos colores y sonidos, que aboga en cada letra y con cada acorde por esa sociedad plural, en la que todas las personas tengan la libertad de ser quien elijan ser”, en realidad a mí me importa un bledo si mientras estudia alguna ponencia escucha como música de fondo el Noa Noa de Juan Gabriel, La Puerta Negra de los Tigres del Norte; o si, como el presidente López Obrador, es fan de Chico Ché, Calle 13, Amaury Pérez, Silvio Rodríguez o la no primera dama Beatriz Gutiérrez Müller.
Tampoco me interesa saber si pudo registrarse para el #TSTheErasTour y si logra conseguir boleto; menos aún estoy a la espera de si se le ocurre hacer su playlist en Spotify como YSQ…
A mi lo que me encantaría es que, como miembro del máximo tribunal constitucional del país y cabeza del Poder Judicial de la Federación, expusiera cómo cambiar la percepción de impunidad en el país.
También quisiera que me convenciera de la pulcritud, por ejemplo, en el conteo de los votos durante la votación que avaló la constitucionalidad de la modificación a Ley de la Industria Eléctrica; que revelara, por otro lado, las entretelas de la reforma para extender su mandato como presidente de la Corte y del Consejo de la Judicatura Federal, de 4 a seis años…y cómo fue que finalmente reculó.
Y le pediría, ya encarrerados, que respondiera: ¿Se catafixió la declaratoria de constitucionalidad de la consulta popular sobre el juicio a expresidentes por una reforma judicial?
¿Por qué no mejor revelar las causas graves de la renuncia del ministro Eduardo Medina Mora, ya que el presidente López Obrador no lo hizo? ¿A poco no se enteró siendo presidente de la SCJN y tan cercano al mandatario federal?
Por cierto, también desearía que tuiteara sobre sus visitas constantes a Palacio Nacional, mientras presidía el tribunal constitucional ¿Andrés Manuel le daba órdenes en forma enérgica o sutilmente?
¿Y si, de pasada, nos cuenta qué tan difícil le resultó asumir como propia la visión del presidente de que los ministros invaden la función del Poder Legislativo, cuyos miembros sí son electos por el pueblo; y de ahí el pretender reformar el procedimiento para nombrarlos?
¿O fue mera casualidad la similitud de su argumento en la sesión en la que fue declarada inválida -muy a su pesar- la Ley para la Transparencia, Prevención y Combate de Prácticas Indebidas en materia de Contratación de Publicidad, en la que dijo: “Nosotros no somos electos democráticamente, de tal suerte que el sustento de nuestras decisiones tiene que estar en la Constitución y solamente cuando se afecta el debate democrático o las reglas esenciales del procedimiento, me parece que nos es dable invalidar un procedimiento legislativo, de lo contrario, desde mi punto de vista, creo que estamos en una cuestión de cuestionable legitimidad democrática y de afectación a la división de poderes”?
La verdad yo preferiría que en lugar de confesar sus gustos musicales, el señor ministro expresara su opinión -sin tapujos- sobre: las denostaciones y amenazas constantes del presidente hacia jueces, magistrados y ministros; el plantón afuera de la Corte; los ataúdes colocados por simpatizantes de Morena con imágenes de sus compañeros ante la presencia del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García; y los plagios de la ministra Yasmin Esquivel.
… ¡Ah! Y olvidaba que resulta necesario que Arturo Zaldívar confirme si el presidente se refería a él cuando dijo hace unos días que uno de los 11 ministros, en la campaña, le dijo: “Claro, no abiertamente, sino que me mandó a decir que él simpatizaba con nosotros y que hacía falta una transformación en México y que yo contara con él si ganábamos”.
En resúmen, quisiera saber ¿Cómo fue que decidió pisotear la toga y echar por la borda su reputación como juez constitucional para convertirse en un burdo “tiktokero” fiel al régimen? Ojalá algún día podamos ver sus tuits respondiendo a todo esto…
