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El asombroso día en que los cuentos se encogieron (Dos de siete)

Un aforismo es una idea poética, súbita y fulminante, expresada en una frase concisa. El literato español Rafael Pérez Estrada nos obsequia, por ejemplo, el siguiente: “De la lluvia en el mar nacen las sirenas”. Los aforismos son una variante de la microficción, un género literario engañosamente simple, a la vez complejo, ya que supone una gran maestría lingüística cultivarlo.
A partir de dos espléndidas recopilaciones, abajo citadas, me he dado a la tarea de identificar los temas recurrentes del género. En la entrega inicial abordé el primero de ellos: los minirrelatos expresados a través de ingeniosos artificios de palabras. Verbigracia: “El payaso convirtió su lágrima en roja nariz”, de la escritora española Fátima Martínez.
La segunda temática que identifico en la muestra estudiada son los microcuentos que nos plantean situaciones deliciosamente paradójicas. En términos literarios, una paradoja es una figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones aparentemente contradictorias. A guisa de ejemplo, el escritor argentino Adolfo Bioy Casares expresa en Una vida mejor: “Qué agradable sería la vida si concluyera un poco antes de la muerte”. Como podemos constatar en el aforismo anterior, el pensamiento paradójico desafía la manera convencional de razonar las cosas. Consideremos el caso del catalán Pere Calders, quien en El espejo del alma desencadena una verdadera confusión caótica: “No nos habíamos visto nunca, en ningún sitio, en ninguna ocasión, pero se parecía tanto a un vecino mío que me saludó cordialmente: él también se había confundido”.
Micronarraciones de similar factura hacen surgir en nuestra mente imágenes inquietantes, a la vez que alegóricas. En Amenazas, el colombiano William Ospina narra este escalofriante diálogo: “ – Te devoraré – dijo la pantera. – Peor para ti – dijo la espada”. Y en Naufragio, el autor cubano Francisco Garzón introduce una disyuntiva enfadosamente desafiante: “La gaviota mira al náufrago. El náufrago mira la gaviota. Entre los dos se halla el pez”.
Completan la lista de relatos que llevan a un territorio pantanoso el sentido común, los siguientes: “El asceta se negó a entrar en el Paraíso”. (Hellen Ferrero). La vida para los jóvenes: “Alguna vez creí que todo era muy poco en la inmensidad de la vida” (Adolfo Bioy Casares). Discreción: “Lo invitaron a pensar y dijo que no quería molestar, que ya pensaría en casa”. (Pere Calders). “Consuélate pensando: si me va mal, le va bien”. (Adolfo Bioy Casares). “Sigue siempre hacia adelante y serás la alegría de tus padres y maestros, me asegura una mata de azaleas al borde de un precipicio”. (Ana María Shua). Nadie es totalmente fuerte: “El mismo lobo tiene momentos de debilidad, en que se pone del lado del cordero, y piensa: ojalá que huya” (Adolfo Bioy Casares).
En las siguientes entregas presentaré otros temas encontrados en mi pesquisa de tan minúsculas gemas literarias.

Bibliografía:

• 1. Mil cuentos de una línea. (2007). Barcelona: Thule Ediciones. Selección de Aloe Azid.
• Por favor, sea breve: Antología de relatos hiperbreves. (2013). Madrid: Páginas de Espuma. Selección de Clara Obligado.

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