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El regreso a lo natural

Aunque a veces es necesario procesar los alimentos para conservarlos, es importante reflexionar sobre lo que comemos y el impacto que va a generar en nuestra salud

Comer de manera saludable puede convertirse en todo un reto, sobre todo si no se tiene el tiempo para preparar los alimentos; es por eso que este periodo de confinamiento social es una buena oportunidad para reflexionar sobre lo que comemos y los beneficios de regresar a lo natural.

Si bien es cierto que es necesario procesar los alimentos para conservarlos y que es más caro llevar una dieta basada en frutas y verduras, si cada familia tuviera un huerto en casa, podría consumir sus propios productos o, incluso, regresar al trueque o intercambio de estos; así lo consideró el nutriólogo y tecnólogo en alimentos Jorge Luis Chávez, durante su conferencia “Los alimentos del ser humano y la salud, ayer y hoy”.

“Antes, las frutas y verduras eran lo más barato y cada persona tenía un huerto y las sacaba de ahí, si la compraban era por intercambio, pero el día de hoy nadie produce su huerto, (…) hay que irlas a comprar y evidentemente entre más lejos está el producto, aumenta el costo”, comentó.

Todos los seres vivos nos alimentamos para obtener energía para desarrollarnos, pero debemos ser conscientes sobre de dónde obtenemos esa energía.

“Yo pregunto: ‘¿dónde será más alta la eficiencia energética?’. Cuando comemos cereales como el arroz o el maíz o cuando comemos carne, pues cuando comemos arroz, porque la energía del sol va directamente a las plantas y se produce cierta cantidad de arroz o maíz y cuando lo comemos estamos aprovechando directamente esa energía solar, pero si comemos un kilo de carne tenemos que pensar cuánta energía biológica se ha utilizado para producir un kilo de carne que proviene de una vaca que normalmente tiene tres años, un proceso que no es energéticamente eficiente, es decir, se gasta mucho para producir un kilo de carne. Con esto no digo que no comamos carne, quizá debamos hacerlo en una proporción de uno a cinco, con respecto al resto de los alimentos; si hablamos de carne roja, con que consumamos dos veces a la semana estaremos cumpliendo con los nutrimentos necesarios, lo importante es ser conscientes de lo que comemos”.

Asimismo aseguró que el no tener conciencia de lo que estamos consumiendo es lo que ha hecho que en la actualidad México ocupe los primeros lugares en obesidad en el mundo, pues actualmente se cae fácilmente en la monodieta que se caracteriza por alimentos industrializados como hamburguesas o pizzas, que antes se consumían una vez al mes y que comienzan a ser cotidianos, y van permitiendo el desarrollo de sobrepeso y obesidad.

“Hemos dejado de lado la salud en aras de comer por cuestiones de mercadotecnia, publicidad, por promociones; ya dejamos de analizar si lo que estoy consumiendo me va a hacer bien a la salud, consumimos por gusto, por placer o por ansiedad”.

El tipo de enfermedades que tenemos también se ha modificado: hoy en día hay toda una carpeta de enfermedades crónicas, que están directamente relacionadas con una mala alimentación.

“No es lo mismo consumir un pescado fresco que un producto que dice que está hecho con pescado o un embutido que en el mercado no tiene una salida y que se ha buscado una serie de compuestos para darle color y sabor para que se vendan, y que están asociados al cáncer de colón; no quiere decir que si yo me como una salchicha me va a dar cáncer, pero si yo dejo de lado las frutas y verduras y consumo solo embutidos, aumenta el riesgo para que me dé cáncer de colon”, finalizó el experto, al recordar que después de los alimentos frescos es mejor consumir enlatados, ya que estos conservan sus propiedades.

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