El Banco Mundial pronosticó una desaceleración económica al inicio del gobierno de Claudia Sheinbaum; también anticipó que el PIB mexicano para este año sea de 2.3%
Desaceleración de la economía mexicana en los primeros dos años de gobierno de la próxima presidenta Claudia Sheinbaum, resultado de la restricción en las políticas fiscal y monetaria, pronosticó este martes el Banco Mundial para el inicio del nuevo gobierno de México.
En su reporte semestral el Global Economic Prospects, destacan que la moderación esperada para el PIB de México de 2025 y 2026, que se anticipa en 2.1 por ciento y 2 por ciento respectivamente, también responderá a “una flexibilización anticipada de la demanda interna que se presenta después de años de crecer por encima del ritmo potencial”.
En el documento, lanzado desde la sede del Banco Mundial en Washington, se detalló que “esta moderación se atribuye a una flexibilización anticipada de la demanda interna que se presenta después de años de crecer por encima del ritmo potencial”.
Esta moderación indica una reducción de la capacidad ociosa económica, así como “el efecto de una política monetaria que se mantiene restrictiva a pesar del reciente recorte de las tasas de interés”. También se menciona que como la inflación en descenso se mantiene por encima del objetivo del Banco de México “probablemente, seguirá restringiendo el crecimiento en el corto plazo”.
Análisis para México
Además, se destacó que la consolidación de la política fiscal tendrá un impacto en la desaceleración económica.
Mientras que el pronóstico que tiene el Banco Mundial para el PIB de México para este año es de 2.3 por ciento, tal cual lo dejaron en abril.
Esta previsión incorpora un ajuste a la baja desde el 2.6 por ciento previsto en enero por ellos mismos; se ubica en el piso del rango previsto por Hacienda en sus Criterios Generales de Política Económica, que están entre 2.5 y 3.5 por ciento y en el techo del intervalo estimado por el Banco de México en su revisión más reciente, 0.8 por ciento y 2.4 por ciento.
Sostuvieron que “la confianza empresarial se ha mantenido positiva en México y Brasil” y argumentaron esta previsión en los índices de gerentes de compras que evidencian una mejora de la actividad.
