En Plaza de Armas (renombrada como Plaza de la Paz), las madres buscadoras de personas finalizaron su estancia en territorio queretano con la celebración de una misa ecuménica
La Búsqueda Nacional en Vida en Querétaro concluyó con el renombramiento simbólico de la Plaza de Armas por «Plaza de la Paz» y con una misa ecuménica oficiada en este sitio en el que se pidió paz ante el contexto de desapariciones en el país.
Arturo Carrasco, clérigo de la Iglesia Anglicana de México e integrante de la Brigada Nacional de Búsqueda, refirió que las buscadoras son los profetas de nuestros días.
«La labor de los profetas era desafíar a las autoridades civiles de su tiempo, pero también desafiar a las autoridades religiosas de su tiempo y a la sociedad, con el ánimo de enderezar el camino y volver hacia el dedo de Dios».
Consideró que las madres buscadoras pugnan por la construcción de la paz en espacios en donde hay violencia.
«Yo hoy le doy gracias a Dios, no por la desgracias que enfrentan en sus corazones las madres buscadoras, sino por la respuesta que ustedes dan a ese desafío; porque a pesar de la inclemencia, la adversidad y la violencia se sobreponen al miedo para salir a buscar a sus tesoros».
Oraciones por la paz
Por su parte, Samuel Lagunas, integrante de la iglesia Bautista en Querétaro, apuntó que los colectivos llegaron a la entidad a mover la fe.
«Dice un pasaje del evangelio que el reino de Dios es como una semilla muy pequeña. Entonces, ustedes vinieron aquí a Querétaro a dejar una semilla muy pequeña, pero que con fe y del esfuerzo va a crecer y se va a convertir en un árbol qué dará sombra».
Durante la celebración, los colectivos de madres buscadoras, en compañía de la comunidad de fe, esparcieron pétalos de rosas sobre la explanada de la plaza, con la que formaron la palabra «Plaza de la Paz».
A la ceremonia asistió Alan García Campos, coordinador de la Unidad de Graves Violaciones a Derechos Humanos de la oficina en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
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