“La democracia se tambalea cuando la verdad es una moneda de cambio en el juego del poder”, es la tremenda frase con la que la asociación Artículo 19 inicia su informe “Barreras informativas: desafíos para la libertad de expresión y el acceso a la información”, publicado recientemente.
El documento no tiene desperdicio y su lectura resulta indispensable para entender la realidad a la que nos enfrentamos en México en la materia, y que lamentablemente a gran parte de la sociedad le tiene sin cuidado:
“México está atrapado en una crisis informativa cuyos efectos se sienten no sólo en el presente, sino que amenazan con borrar el pasado y oscurecer el futuro. La desaparición de organismos de transparencia, la violencia contra la prensa, la vigilancia digital y la falta de garantías de derecho a la verdad para las víctimas han creado un entorno en el que la información se oculta, las voces críticas se inhiben y autocensuran, la verdad se distorsiona y no se imparte justicia”.
Y es que: ¿A cuántas personas les preocupa que la desaparición del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) represente un golpe demoledor a la rendición de cuentas, si ni siquiera sabían de su existencia?
¿A quién le importa que, bajo la bandera de la “modernización”, la digitalización gubernamental acarree una vigilancia y un control informativo que centraliza sus datos personales?
¿Alguien se duele realmente de que en el país, en promedio, cada 14 horas un periodista sea atacado, cuando el discurso oficial ha logrado que la visión de que “los periodistas son corruptos” permee hasta su subconsciente?
¿A quién le importa que el derecho a la verdad sea sustituido por verdades históricas falsas, mientras reciba unos cuantos pesos a través de los programas sociales? Ahí está ahora el caso Teuchitlán…
¿A quién le importa que las fiscalías continúen siendo la primera traba para que las víctimas accedan a la justicia, si ahora podrá elegir con su voto a jueces, magistrados y ministros, aunque desconozca qué carajos hace cada uno?
La verdad no es una concesión del poder, sostiene también Artículo 19 en su informe, “es un derecho que se conquista, que se defiende, por el que se arriesga la vida de ser necesario. Quienes la buscan, quienes la revelan, han sido convertidos en blanco de una maquinaria de silenciamiento y represión que lleva décadas perfeccionándose y cuyos usufructuarios cambian con la llegada al poder de nuevos partidos”.
… Pero esto, a la mayor parte de los mexicanos les tiene sin cuidado, como tampoco les inquieta si Televisa planea y ejecuta campañas de desinformación para favorecer intereses económicos y políticos… es pues la “coprofilia” de la que el Papa Francisco acusó a los medios de comunicación, y a la que me referí en este espacio hace unos días.
¿A quién puede preocuparle todo lo aquí descrito, si México figura entre los países más felices del mundo, según el Informe mundial sobre la felicidad 2025?