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El reto en materia de vivienda…

Según el Censo de Población y Vivienda 2020, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de las 35.3 millones de viviendas particulares habitadas estimadas en el país, el 57.1 por ciento era vivienda propia pagada, el 10.7 por ciento era vivienda propia, aún por pagar; el 16.4 por ciento, vivienda rentada; el 14.2 por ciento, vivienda prestada y 1.7 por ciento estaba en otra situación.

Por otro lado, 16.4 por ciento de la población habitó en una vivienda rentada (5.8 millones de viviendas rentadas); la causa principal expuesta para rentar: (61% de los casos) fue por cuestiones económicas: no tener acceso a un crédito hipotecario o bancario, no tener recursos, o no tener una mensualidad que cubriera una hipoteca.

Además, la pandemia del Covid-19 impactó en el pago de créditos o rentas de las casas en el país, ya que las y los habitantes de 3.1 millones de viviendas particulares reportaron dificultades para cubrir sus compromisos de pago (8.9%). En total, 1.6 millones de hogares (52.2%) tuvieron problemas con el pago del crédito de la vivienda (sufrieron atrasos o dejaron de pagar temporalmente su crédito, solicitaron al banco o institución financiera aplazar el pago, pidieron prestado a familiares o conocidos o tuvieron que empeñar algún bien y hubo quienes dejaron de pagar definitivamente el crédito de la vivienda).

Según el portal de la candidata a la presidencia de la República por la Coalición Fuerza y Corazón por México (PAN, PRI, PRD), Xóchitl Gálvez Ruiz, su propuesta en la materia es fortalecer al Infonavit para que aumente el financiamiento para la adquisición de una vivienda, crear un programa denominado “Tu Primera Vivienda” dirigido a los jóvenes que quieran independizarse, conformar una institución que otorgue financiamiento a los trabajadores sin prestaciones.

Además, promover esquemas de vivienda en renta y un mercado de venta de viviendas existentes; y promete: “Diseñaremos programas para que puedas vender tu vivienda y cambiarte a una que se ajuste mejor a las necesidades de cada etapa específica de tu vida, de manera sencilla, rápida, eficiente y menos costosa”.

Asevera que en su gobierno se permitiría vincular las remesas recibidas al pago de hipotecas y se otorgarían subsidios, principalmente a personas con menores recursos económicos, para la adquisición y autoconstrucción; se garantizaría la construcción y adquisición de un millón de viviendas sociales (más del doble que las construidas durante este gobierno, dice). Aunque aclara que, igualmente, apoyará la construcción de la vivienda media.

Plantea apoyos al sector de la construcción “para que utilice técnicas y materiales innovadores que reduzcan los costos de las viviendas”; refiere la creación de un programa de vivienda; y se compromete a realizar una revisión extensa, en coordinación con los estados y municipios, para disminuir la regulación excesiva y reducir los costos de la vivienda.

Por su parte, Claudia Sheinbaum, de la Coalición “Sigamos Haciendo Historia” (Morena, PVEM, PT) asegura que la política de vivienda de las administraciones durante el periodo neoliberal tuvo un enfoque mercantilista.

“El desarrollo de vivienda se basó en la construcción sin planeación de miles de viviendas en serie, alejadas de los centros de trabajo y de las ciudades. Los subsidios e incentivos a la vivienda se otorgaron en lugares donde había menor necesidad, pues se basaba en una lógica financiera y alejada de las personas”, sostiene.

Y aunque afirma que con la 4T se redujo el rezago habitacional, explica que se necesitan más y mejores herramientas financieras, presupuestales y regulatorias para impulsar la producción de vivienda asequible; advierte que se requiere una política “más robusta para la habilitación de suelo apto para vivienda e industria” con base en una la planeación urbana con instrumentos municipales actualizados y publicados en los registros locales.

Agrega que se requiere acompañar mejor la política local desde lo nacional, “pensando en que los organismos de vivienda no deberían de concentrarse en personas afiliadas a la seguridad social, ya que las instituciones federales atienden a ese universo, sino en aquellos que no pueden acceder al crédito o que están afiliados a estas instituciones”; ello, además de acelerar trámites de regularización de la tenencia de la tierra y propiedad.

Proyecta que Infonavit pueda construir vivienda para que las y los trabajadores puedan adquirirla en un esquema de renta social o en propiedad: “Esto es, una persona trabajadora puede rentar una vivienda construida por el Infonavit y pasados 10 años, si existe un pago cumplido de la renta, tendrá derecho a su compra”.

Señala que se debe apoyar a las personas más vulnerables con una renta que no exceda el 30 por ciento del salario mensual. Subraya que debe fomentarse el trabajo formal, con prioridad en las personas trabajadoras con mayor antigüedad en su cotización y que no sean propietarias.

Finalmente, destaca la importancia de que la cercanía de las casas a los centros urbanos y de trabajo; precios justos y accesibles en la vivienda de interés social; y seguridad sobre la tenencia de los inmuebles.

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