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Cartografías de la violencia: el peligro para las mujeres al transitar en el espacio público

Las integrantes de Horizontes aseguran que para las féminas las calles pueden representar un constante peligro, pues en ellas se enfrentan a distintos tipos de violencia, como el acoso sexual callejero

En la capital de Querétaro se identifican manifestaciones de acoso sexual callejero, por lo que especialistas urgen a generar políticas públicas para prevenirlas, como diseños urbanos con perspectiva de género o la tipificación de este tipo de violencia.

El espacio público es importante para el tejido social, pues es el lugar en donde se reúne la colectividad. Sin embargo, para las mujeres las calles pueden representar un constante peligro, pues en ellas se enfrentan a distintos tipos de violencia, como el acoso sexual callejero, consideran las integrantes de Horizontes, colectiva multidisciplinaria que realiza contramapeos de la violencia en la capital de Querétaro.

Integrada por Daniela, Fernanda, Karla y Fer, geógrafas por la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Horizontes nació de la experiencia personal que cada una había tenido al transitar las calles: el miedo.

«Estamos constantemente bajo un estrés y una presión por estas cosas, y eso es contrariamente a lo que se ha logrado a través de los años: nos está volviendo al espacio privado y nos está limitando para acceder a esta conquista de estar en las calles, de expresarnos en las calles», mencionan.

Hacen énfasis al describir al espacio público como un lugar que no es seguro, por lo que su interés radica en sumar esfuerzos que hagan visibles estas violencias, escuchar las historias que hay detrás de cada agresión cometida en lo público y reivindicar los lugares para que sean seguros otra vez.

«El espacio público es donde se junta la colectividad, es lo contrario a lo privado, entonces, si estos espacios públicos no están siendo seguros, se van a ir abandonando y si se abandona el espacio público, pues justamente el tejido total también se va diluyendo y eso implica una problemática brutal. Entonces, el estar analizando los espacios públicos y reivindicándolos para que sean espacios realmente públicos y seguros nos llevaría a sociedades mucho más organizadas y mucho más libres».

Fue el 8 de marzo, durante la marcha por la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, cuando Horizontes realizó su primer contramapeo colectivo de la violencia. Cada mujer ubicó, mediante un ‘sticker’, en un mapa del primer cuadro de la ciudad, el tipo de agresión que había vivido.

«Estamos haciendo visible un montón de historias, o sea, cada ‘sticker’ es una historia y este mapa fue básicamente escuchar de manera anónima».

Para ellas, la cartografía colectiva o social pone al servicio de una comunidad el mapa como una herramienta, pues, explican, los mapas hablan de territorios, los cuales no solo son importantes para las comunidades, sino también en lo individual.

«Yo me veo junto con las compañeras, con las amigas, trabajando estas herramientas, llevándolas a todos los espacios posibles para que sean de utilidad en las problemáticas que tiene cada espacio, cada territorio», explica una de las integrantes.

La arquitecta Triana Zepeda, maestra en Ciudad y Espacio Público Sustentable por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), explica que el acoso sexual callejero, después de la violencia doméstica, es una de las violencias más normalizadas. Menciona que este tipo de violencia es un obstáculo para ejercer el derecho a la ciudad y a la apropiación del espacio público.

«El acoso sexual callejero es una prueba evidente de la demostración del dominio masculino en la calle; de no sentirnos acogidas en el espacio público y de sentirnos como cuerpos fuera de lugar y justo ese miedo se interioriza en el cuerpo y crea marcas simbólicas a las que yo les llamo ‘heridas urbanas por la ciudad'».

Durante su maestría, Triana desarrolló la investigación de tesis «Estrategias de diseño urbano con perspectiva de género para reducir el acoso callejero en la alameda Hidalgo».

En ese lugar, ubicado en pleno centro de la ciudad de Querétaro, su hermana fue violentada y tras ese acontecimiento Triana se preguntó: «¿cómo un espacio tan bonito puede ser violento?».

«Yo aprendí del acoso sexual callejero en la alameda, porque violentaron muy terriblemente a mi hermana y yo estaba chiquita. Los espacios se han ido construyendo, obedeciendo el capitalismo y al patriarcado, y en Querétaro ningún espacio público cuenta con esta perspectiva de género».

Aunado a eso, la especialista, creó en abril del 2021, el proyecto Traunseúntas, un espacio para caminar colectivamente junto con mujeres y disidencias sexo-genéricas.

«La invitación siempre está abierta para quien quiera transitar por las calles, vivirlas y experimentarlas físicamente en colectiva, para hacernos visibles como mujeres y disidencias que caminan fuerte y se hacen presentes en los espacios públicos exigiendo nuestro derecho a la ciudad».

En Transeúntas han recorrido el Centro Histórico con caminatas diurnas y nocturnas, El Cimatario, Los Alcanfores, La Era, El Molino y Reforma Agraria, y aunque el proyecto inició en Querétaro, ahora se expande también a Guadalajara, Jalisco.

Priscila Peralta, académica de la Facultad de Ingeniería de la UAQ, es la creadora de la aplicación Caminamos Juntas, lanzada en 2021. Sobre el tema subraya la falta de políticas públicas para atender el acoso sexual callejero.

«No hemos visto alguna campaña, a pesar de que Querétaro es de los estados con mayor índice de violencia contra las mujeres. En primera instancia, pues, reforzar la seguridad. A lo mejor la tipificación como un delito, para que se pueda sancionar al menos de forma administrativa o implementar algún tipo de sanción porque actualmente, como no se puede denunciar formalmente…».

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