El abogado oaxaqueño Hugo Aguilar Ortiz, quien es indígena mixteco, se ha colocado como el candidato más votado a ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
Con más de 4 millones 200 mil votos, Hugo Aguilar Ortiz, indígena mixteco del municipio de San Miguel El Grande, estado de Oaxaca, se ha perfilado como el candidato más votado en la elección judicial para ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
De acuerdo con los cómputos distritales del Instituto Nacional Electoral (INE), se ha colocado en el primer de todos los aspirantes a integrar el Alto Tribunal, a partir del 1 de septiembre próximo.
A raíz de la reforma judicial aprobada en 2024, la Constitución Política de los Estados Unidos establece que la presidencia de la SCJN recaerá en la candidatura que haya obtenido más votos en las urnas.
También prevé que la presidencia del Alto Tribunal seá rotatoria cada dos años, según el número de sufragios que haya conseguido cada uno de sus nueve integrantes.
Con un avance de 77 por ciento de las casillas contabilizadas, Hugo Aguilar Ortiz ha sumado más de 4 millones 289 mil votos.
Por su parte, las ministras en funciones, Lenia Batres Guadarrama, Yasmin Esquivel Mossa y Loretta Ortiz Ahlf, han conseguido 4 millones 070 mil, 3 millones 579 mil y 3 millones 447 mil sufragios, respectivamente.
Trayectoria y propuestas
Según el contenido de su Currículum Vitae, Hugo Aguilar Cruz habla la variante Tu’un Savi de la lengua mixteca, es abogado por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y tiene estudios de Maestría en Derecho Constitucional.
Desde 2018, ha trabajado como coordinador general de Derechos Indígenas del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas.
Una de sus principales propuestas es: “Evitar que la función jurisdiccional sea obstáculo del cambio social: Se deberá estar atento al contexto nacional para la resolución de los temas centrales de la vida pública. Para ello, se debe privilegiar un diálogo republicano entre los poderes de la Unión, las entidades federativas, los municipios, los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas”.
Asimismo, plantea la necesidad de acercar la justicia y hacer útil para generar paz y tranquilidad entre la sociedad. “Las resoluciones deben ser fuente de unidad y no el inicio de nuevas etapas de conflictividad”.