En México, 99 de cada 100 mujeres trabajadoras domésticas no tienen un contrato escrito y solamente 4 de cada 100 tienen acceso a servicios básicos de salud
Sin contratos escritos, con jornadas laborales de 30 horas semanales y prácticamente sin acceso a servicios de salud; las trabajadoras del hogar en México deben hacer frente a la discriminación social y la precariedad laboral.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), más de un millón 800 mil mujeres mexicanas se dedican a realizar quehaceres domésticos.
En el marco del Día Internacional de las Trabajadoras Domésticas, el organismo detalló que la mayoría de las mujeres que desempeñan tareas domésticas padecen condiciones de precariedad laboral.
Según el INEGI, 99 de cada 100 trabajan sin un contrato escrito, solamente cuatro de cada 100 tienen acceso a servicios de salud y apenas 28 de cada 100 cuentan con algún tipo de prestación laboral: aguinaldo o vacaciones.
Con jornadas laborales de 30 horas semanales en promedio, las trabajadoras domésticas reciben sueldos de 38 pesos por hora.
“Considerando los diferentes rangos de salario mínimo mensual, se tiene que 58 por ciento percibe hasta un salario mínimo, 38 por ciento obtiene de uno a dos salarios mínimos y cuatro por ciento percibe más de dos y hasta tres salarios mínimos por sus servicios”, detalló.
Además, las trabajadoras del hogar se encuentran en una situación de vulnerabilidad debido a su promedio de escolaridad de apenas 8.2 años, es decir, su formación educativa equivale al segundo grado de secundaria.
Conoce la información estadística sobre las trabajadoras domésticas remuneradas: https://t.co/Q5J1JoUTC2 #TrabajadorasDelHogar #INEGI pic.twitter.com/sTEB6uAxRj
— INEGI INFORMA (@INEGI_INFORMA) March 30, 2022
Víctimas de discriminación
Como consecuencia de la precariedad de sus condiciones laborales, las mujeres trabajadoras domésticas se enfrentan además a las problemáticas de la discriminación, el clasismo y la marginación social.
“Necesitamos que haya incentivos para que las patronas las inscriban en la seguridad social y sanciones en caso de que no lo hagan; también pensión para que puedan jubilarse y acceso al Infonavit, a fin de que tengan vivienda”, explicó Fiorella Mancini.
La académica del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recordó que, desde 2018, la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucional que los patrones no inscriban a las trabajadoras del hogar ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Asimismo, enfatizó que 80 por ciento no tiene prestaciones laborales, casi 50 por ciento carece de aguinaldo y la mayoría no tiene vacaciones ni horarios fijos.
“Obtienen salarios bajos, tienen jornadas largas y sus condiciones laborales son profundamente precarias e informales”, agregó la investigadora.
