El académico de la UAQ, Efraín Mendoza Zaragoza, explicó que las campañas electorales son el momento propicio para que los candidatos demuestren sus habilidades para comunicar
Las campañas electorales comenzaron oficialmente el 15 de abril y, con ello, los candidatos en contienda buscan la mejor manera de convencer a los ciudadanos. Ante esto, existe el riesgo de que la balanza se incline más hacia el lado de las emociones.
Siempre es mejor que los ciudadanos cuenten con la capacidad de reflexionar informadamente su voto y esto, de acuerdo con Efraín Mendoza Zaragoza, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), se obtiene con el análisis de las propuestas de las distintas corrientes políticas.
“No se trata solamente de reconocer asuntos graves como la seguridad y la educación, de manera mercadológica; la política es tan delicada que no debe de quedar solamente en esas manos, para que así pueda exponer los planteamientos con claridad en los diagnósticos y las soluciones”, mencionó.
Así es como, según este académico, los meses previos a las elecciones del 2 de junio constituyen una oportunidad para que los candidatos informen y demuestren sus habilidades para comunicar ideas y no simplemente emociones a los ciudadanos.
“Este periodo también sirve para que los contendientes hagan contrastes y convenzan a la gente de por qué representan la mejor opción entre las varias presentes en la elección”, agregó.
En este sentido, un lugar por encima de la exposición superficial de ideas tendrían que ocupar los debates entre candidatos, para que se lograra el objetivo deseado: hacer llegar a los ciudadanos mensajes estructurados, que apelen más a la comparación entre los elementos de las distintas agendas que a la simple aprobación o rechazo de una frase o estribillo, conforme con Mendoza Zaragoza, quien detalló lo siguiente:
“Tiene que haber ideas, pero también aspectos más directos como señalamientos y acusaciones, porque los debates también para eso son, para que las fuerzas políticas ajusten cuentas y muestren fortalezas y debilidades, porque si se enfocaran solamente en propuestas duras, no tendrían mayor interés en la población.”
De ahí que, en el contexto de los debates, los políticos tendrían no solamente que dirigirse al público en general, sino también a los líderes de opinión.
“Porque ellos interpretan y dan sentido a lo que ocurre en esos ejercicios”, concluyó.
