El vicario de la Diócesis de Querétaro, Martín Lara Becerril, afirmó que hoy más que nunca es necesario que todos cuiden de todos y que se refuercen los lazos sociales mediante la oración
Durante la misa transmitida este domingo 29 de marzo desde el templo de Santa Rosa de Viterbo, el vicario de la Diócesis de Querétaro, Martín Lara Becerril, manifestó en la homilía que hoy es tiempo de dejar la vida desordenada y egoísta, asegurando que es el tiempo de pasar a una vida de solidaridad.
Ante más de 400 fieles que vieron la misa en vivo a través de la página de Facebook de la Diócesis de Querétaro (y más de 12 mil reproducciones), Lara Becerril sostuvo que hoy más que nunca es necesario que todos cuiden de todos y que se refuercen los lazos sociales mediante la oración.
“Este es tiempo de orar, ante la enfermedad y de la muerte se ora, oren por los familiares, por los amigos, es el tiempo de fortalecer la amistad en casa, la oración es la fuerza necesaria para vencer a la muerte, así nos lo ha enseñado Jesús en su palabra de este domingo. Nos necesitamos unos a otros, necesitamos cuidarnos. Vamos juntos en la misma barca, necesitamos ser solidarios los sanos de los enfermos, los enfermos necesitan de los sanos. Queridos hermanos, este es el momento de la potencia de Dios, es el momento de la fuerza y de la vida, no debe caer nuestro ánimo ante la enfermedad y la muerte”.
También indicó que este es el momento de “la fuerza operante del espíritu” plasmada entre hombres y mujeres que se afanan en dar la vida por los demás en los hospitales, en los hogares, tomando decisiones políticas de estado, así como personas que dan ofrendas para apoyar a los demás.
“Este es el momento de donde brota la esperanza, es el tiempo de la vida nueva, es el tiempo de la resurrección y de la resurrección final. Este es el tiempo de pasar de la enfermedad a la salud en la oración de Jesús”.
Lara Becerril expuso que en este quinto domingo de Cuaresma y siguiendo las disposiciones del administrador diocesano, Mario de Gasperín Gasperín, las celebraciones eucarísticas se realizan a puerta cerrada y son transmitidas, en tiempo real, a través de las plataformas católicas.
