Estimadas y estimados lectores, apenas hace unos meses vivimos lo que hasta ahora ha sido el proceso electoral más grande en la historia de nuestro país, en el que estuvo en nuestras manos elegir el rumbo de México para los próximos seis años, a nuestros senadores, diputados federales y locales, y presidentes municipales. Para algunos, el resultado fue legítimo; para otros cuantos, no lo fue; para algunos, hubo sorpresas y para otros, el resultado ya se esperaba. ¿Para usted, estimado lector, fue el resultado que esperaba?
Pero vamos a profundizar un poco más en nuestro Querétaro. En mi particular opinión quiero hablar un poco de los dos espacios que son los más importantes en la vida política de nuestro estado: la capital y el Senado de la República; la primera, por ser el principal generador económico del estado; políticamente hablando, el municipio que mayor concentración electoral tiene y, no lo dejemos de lado, el municipio referente a nivel nacional por la gran calidad de vida con la que cuenta; hablando del Senado de la República, es una posición sumamente atractiva, pero, más allá de lo que representa pertenecer a la Cámara Alta, en Querétaro ya se tiene la costumbre de que esta sea un trampolín para ser gobernador del estado, por lo que ese lugar es anhelado por muchos y alcanzado solo por unos cuantos.
En el pasado proceso electoral de 2024, fuimos testigos del triunfo contundente de la fórmula encabezada por una mujer que tiene un gran oficio político, me refiero a Lupita Murguía, una mujer que se ha ganado el respeto de muchos y que tiene más que merecido un lugar en el Senado; por su parte, su compañero de fórmula, Agustín Dorantes, quiero pensar que ya sueña con una posible candidatura para 2027, pero, como dicen por ahí, “no hay que correr cuando aún estás empezando a caminar”, y es que no hay que dejar de lado a un perfil queretano que ha demostrado ser uno de los jóvenes políticos con más experiencia, me refiero a Felifer Macías, que en tan poco tiempo ha logrado lo que muchos políticos no harían en toda su vida: fue el diputado federal con mayor número de votos en la historia de Querétaro y el año pasado refrendó esa empatía política con la ciudadanía al obtener un triunfo contundente en la capital del estado.
Por el otro lado, refiriéndome a los de color guinda, también tendrán propuestas interesantes, pues los perfiles que ganaron los tres distritos federales se convierten en posibles virtuales candidatos; no hay que descartar a Santiago Nieto Castillo, que, con su ego y soberbia, no dudará en querer ser gobernador del estado, pues fue el mensaje que le transmitió a su equipo de trabajo el mismo domingo que se confirmó su derrota camino al Senado… y es que ¿cómo puedes ser tan descarado para levantar la mano y pedir una candidatura a gobernador cuando pierdes por más de 100 mil votos? Pues ese es Santiago Nieto, quien hoy se tuvo que conformar con ser el director del IMPI, un lugar que le pudo conseguir su padrino político, Marcelo Ebrard.
Sin embargo, perfiles como el de Nieto Castillo ya sufrieron un desgaste considerable, la ciudadanía ya se dio cuenta de que no es un hombre competitivo y de que no cuenta con la capacidad y experiencia necesarias para gobernar un estado como Querétaro; su estrategia de convertirse en mártir y acusar siempre ser atacado por el gobierno actual o exgobernadores, nadie se la creyó y eso le cobró factura; no olvidemos su paso como titular de la UIF, en donde pudo hacer mucho por México y nada más actuó bajo sus intereses personales, o cuando estuvo como encargado de despacho en la Procuraduría General del estado de Hidalgo, en donde más de una vez lo evidenciaron por estar más tiempo en San Juan del Río que en su propia oficina. Será en los próximos meses cuando veremos qué tanta consideración le tiene el equipo de la presidenta Claudia Sheinbaum para subirlo como uno de los posibles candidatos a la gubernatura del estado en 2027.
