Como sabemos, los hábitos alimenticios pródigos en frituras, refrescos embotellados, sopas instantáneas, embutidos y otros alimentos ultraprocesados (AUP) son altamente nocivos para la salud. Lo que tal vez no sepas es que también pueden resultar letales. Esta conclusión se desprende de una investigación científica reciente en la que se reveló que 18 mil muertes anuales podrían haberse prevenido en la Gran Bretaña si la población hubiese consumido menos de estos productos.
De acuerdo con Eduardo Nilson, de la Universidad de Sao Paulo y principal investigador del citado estudio, “estos hallazgos sugieren que el consumo de AUP es un tema relevante de salud pública a nivel global” (p. 6, mi traducción), ante lo cual ha hecho un urgente llamado a implementar políticas públicas que incentiven hábitos alimenticios basados en alimentos frescos y naturales.
Desgraciadamente, los tentáculos de los AUP se extienden hacia todos lados. No obstante, cabe aclarar que no todos son igualmente dañinos, por lo que la British Heart Foundation recomienda optar por aquellos que tengan algún valor nutritivo, a pesar de los inevitables aditivos.
El asunto se torna aún más peliagudo cuando se nos oculta la verdad. El año pasado, por ejemplo, la Profeco descubrió que el pan Bimbo Cero Cero Multigrano declaraba en su etiqueta un contenido de 1.2 gramos de azúcares totales, siendo que en realidad contenía 4.3 gramos, casi el triple de lo declarado (“Revista del Consumidor”, abril 2024, p. 50).
Gerber tampoco es inocente del todo, pues ahora comercializa ‘snacks’ dirigidos a lactantes de 10 meses en adelante que, si bien aportan algunos nutrientes y no llevan colorantes artificiales o conservadores, no dejan de tener a los infantes como ‘target’. Sobre todo si tomamos en cuenta que las guías de la Academia Nacional de Medicina recomiendan que niñas y niños de entre 12 y 23 meses consuman alimentos naturales en vez de productos comerciales (“El poder del consumidor”, agosto 2023).
Los nutriólogos se han dado a la tarea de identificar los UAP más nocivos: BEBIDAS ENERGÉTICAS: hacen que el corazón lata de manera más rápida y extenuante. HOT DOGS: los embutidos, su ingrediente principal, se han asociado al cáncer de colon. ‘NUGGETS’ DE POLLO: elaborados con la piel, tendones y grasas del animal, se adicionan con almidones, aceites, azúcares, huevo en polvo, sodio, colorantes y estabilizadores. MARGARINA: es una emulsión de agua en aceite y lleva sal, saborizantes, colorantes y grasas interesterificadas. SOPAS INSTANTÁNEAS: contienen harina refinada, potenciadores de sabores y sodio en exceso, que inciden en problemas digestivos, retención de líquidos y alta presión arterial. CEREALES AZUCARADOS: contienen carbohidratos y calorías de escaso valor nutricional. JUGOS INDUSTRIALIZADOS: escasos en fibra y abundantes en azúcares concentrados, se les ha relacionado con el cáncer de próstata. FRITURAS: contienen sodio excesivo y preservadores, así como grasas trans, que van de la mano con enfermedades cardiovasculares.
Así pues, queridos lectores, sobre aviso no hay engaño. Buena suerte a todos.
Referencias bibliográficas: Nilson, E. (et al.) (2025). Premature Mortality Attributable to Ultraprocessed Food Consumption in 8 Countries (2025). “American Journal of Preventive Medicine” 1-9. / Ultra-processed foods contribute to 18,000 early deaths a year (2025). “Times” (Londres), edición del 28 de abril.
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