Me dueles septiembre porque, en pleno mes patrio, la democracia, la división de poderes y los derechos humanos en el país están verdaderamente en riesgo.
Me dueles septiembre porque, en pleno mes patrio, México atraviesa por una crisis constitucional sin precedentes, producto del odio y resentimiento de una sola persona.
Me dueles septiembre porque, en pleno mes patrio, la mayoría en el congreso está sometido a los caprichos y rencores de un solo hombre.
Me dueles septiembre porque, en pleno mes patrio, la sobrerrepresentación de Morena y aliados en la Cámara de Diputados logró sentar las bases para el resquebrajamiento del poder Judicial, por el odio y resentimiento de ese hombre.
Me dueles septiembre porque, en pleno mes patrio, el presidente de la Mesa Directiva del Senado, sí ¡Gerardo Fernández Noroña! alardeó que “No hay poder sobre la tierra que pueda detener nuestro proceso legislativo” para aprobar la reforma judicial.
Me dueles septiembre porque, en pleno mes patrio, se determinó que la administración de la justicia en este país dependerá de eslóganes de campaña y no de una consolidada carrera judicial.
Me dueles septiembre porque, en pleno mes patrio, se decidió que de una tómbola -como en kermés- en lugar de ganar peluches, objetos del hogar, bicicletas, electrodomésticos y juguetes, salgan los impartidores de justicia.
Me dueles septiembre porque, en pleno mes patrio, los estudiantes -invadidos por la incertidumbre sobre su futuro- tuvieron que salir a las calles a protestar: “¡México, despierta, somos tu defensa!”, “La justicia no es un concurso popular”, “Nadie me contó ni me manipuló”, “Marchamos porque somos demasiado jóvenes como para tener un gobierno con poder absoluto”.
Me dueles septiembre porque, en pleno mes patrio, y en respuesta a las manifestaciones de estos jóvenes, otros cuestionen la legitimidad de sus demandas con base en su color de piel.
Me dueles septiembre porque, en pleno mes patrio, ese hombre, el presidente de la República, dice que “estamos bien y de buenas, muy bien”, y que la mayoría del pueblo de México está contenta, feliz, feliz, feliz”, mientras los familiares de las cerca de 197 mil personas asesinadas en su sexenio claman justicia y las de los más de 352 mil desaparecidos desde 1952 y hasta el 1 de septiembre de 2024, siguen buscándolos.
Me dueles septiembre porque, en pleno mes patrio, López Obrador sin miramiento alguno pisotea la investidura presidencial, ríe y reconoce que declarar en su informe que nuestro sistema de salud es mejor que el de Dinamarca fue “plan con maña” para hacer enojar a sus opositores y para “dar la nota” a los reporteros, al igual que lo de la votación a mano alzada sobre la elección popular de jueces, magistrados y ministros.
Me dueles septiembre porque en pleno mes patrio la prensa libre hoy grita: “Es un honor, estar con Obrador”.
Me dueles septiembre porque, en pleno mes patrio, en lugar de que el pueblo se prepare para, unidos todos, gritar: “¡Viva México!”, solo dé muestras del desprecio de unos hacia otros.
Me dueles septiembre porque, en pleno mes patrio, mientras el país se cae a pedazos, la sociedad parece estar más interesada y preocupada por la #LaCasaDeLosFamososMx.
Me dueles septiembre porque el próximo 15 de septiembre por la noche escucharemos gritar al hombre que llevó al país al punto en el que nos encontramos: “¡Viva la independencia nacional!, ¡Viva México!, ¡Viva México!, ¡Viva México!”, a la par del repicar de las campanas, el ondear de las banderas, los fuegos artificiales y la fiesta… pero, sabremos que nos está mintiendo.
¿Y si para que septiembre deje de doler, nos adelantan la Navidad, como en Venezuela?