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Extasiados consigo mismos…

A propósito de la “selfie” con su esposa Rosalinda Bueso, que el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard subió a Twitter con el mensaje: “En el Funeral de Estado de S.M. la Reina Isabel II”, y que incluso fue retomado por medios británicos; el académico y especialista en Derecho Internacional José Carlos Rojano Esquivel recordó que existe un marco normativo que debe ser considerado:

“En efecto, se trata de reglas consuetudinarias de Derecho Internacional (Fuente formal según el artículo 38 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia;) de ahí que la costumbre diplomática, sumada a reglas de etiqueta de ambos países, sobre todo de Inglaterra, exigen el máximo rigor y respeto en las exequias de un gobernante; además de la norma llamada Comity Gentium, que se traduce en el deber de la cortesía”.

El jurista habló, además, de un notorio acto de promoción personal prohibido por el artículo 134 constitucional.

A la Secretaría de Relaciones Exteriores, según la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, corresponde ejecutar la política exterior y la actividad diplomática del Estado mexicano; así como velar por el buen nombre de México en el extranjero.

La Ley del Servicio Exterior Mexicano consigna que las acciones diplomáticas son aquellas desarrolladas por servidores públicos en el ámbito de las relaciones internacionales de México, con la finalidad de cumplir con los objetivos de la política exterior e incrementar la presencia, el impacto y prestigio de México en el mundo.

Y establece que los servidores públicos “observarán en el desempeño de su empleo, cargo o comisión, los principios de disciplina, legalidad, objetividad, profesionalismo, honradez, lealtad, imparcialidad, integridad, rendición de cuentas, eficacia y eficiencia que rigen el servicio público”.

Pero eso, al presidente Andrés Manuel López Obrador le tiene sin cuidado, según se expresó en la mañanera sobre el tema: “En Londres hay una prensa muy amarillista también, muy alarmista. De allá son los que se dedican a perseguir a personalidades. Allá predominan (…) Marcelo Ebrard es un extraordinario servidor público, muy digno representante de México. Fue allá porque a él le correspondía, yo tenía que atender aquí lo de las fiestas patrias y otras actividades. Él me representa muy bien”.

Además, para él, todo tiene un trasfondo “politiquero”: “Y ahora, como estamos en temporada, también ya empezó la temporada política, pues cualquier cosa que hagan él o Claudia, o Adán o cualquier otro posible candidato, es motivo de cuestionamiento, y así va a ser ya hacia delante”.

En realidad, más allá de intrigas políticas, la explicación del porqué la “selfie” está en el ámbito de la mercadotecnia política.

En una cita de Alfredo Serrano Mancilla, Director del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), en “El selfie en la política”, hay una interesante explicación que podemos extrapolar a este caso:

“Estamos frente a un momento de inflación de selfies. Una suerte de selfización de la política se ha instalado como mecanismo de comunicación y propaganda. Cada vez es más habitual que los políticos se hagan selfies para mostrarse a sí mismos permanentemente. Un exceso de ensimismamiento, de mirarse persistentemente al ombligo. Se pierde la noción de lo que ocurre afuera. La política ha dejado de poner el oído en la calle, en el territorio, en lo que pasa afuera en cada esquina. Demasiado selfie”.

A México le urgen políticos a nivel federal, estatal y municipal menos extasiados consigo mismos y más sensibles con su entorno…

De chicanadas, mutaciones, fraudes y cosas peores…

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