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Mentir y escandalizar, solo para ganar clics

Pregunta retórica: ¿quién es más tonto, quien hace una tontería o quien se la aplaude y la sigue?

Hace apenas una semana me refería a las omisiones que medios y periodistas cometieron en la cobertura de los hechos violentos en varias entidades y apenas estábamos analizando esos hechos cuando alguien que se presenta como periodista dio muestra de lo que no es el periodismo profesional.

El personaje en cuestión publicó un mensaje en Twitter diciendo, sin fuentes ni datos comprobables, que una niña había fallecido en un hospital público de la Ciudad de México por intoxicación, luego de haberse bebido el contenido de una botella de perfume. El autor del tuit escribió que la niña había agonizado durante tres días y que la Fiscalía General de Justicia de la CDMX ya investigaba.

Así, pareciera que el hospital que atendió a la niña no hizo su trabajo.

Este tuit escandaloso, sin fuentes ni datos confirmados, solo encendió el morbo de otros medios de información y a un tuit mal escrito y mentiroso, los medios lo convirtieron en noticia.

Desde medios modestos, pequeños y poco profesionales, hasta medios grandes y de tradición como “Excélsior” o “El Heraldo de México” se la pasaron reproduciendo los mismos párrafos, con algunas variantes, pero todos con el mismo problema: no tenían información verificada.

Esto solo es un claro ejemplo del periodismo mentiroso que una vez más quiere utilizar una tragedia y un escándalo para ganar ‘clics’, abusando, de nuevo, de sus audiencias y mintiendo deliberadamente y con profundo cinismo.

¿Cuáles fueron los hechos reales?

Efectivamente la menor falleció como consecuencia de haber ingerido perfume y gel antibacterial, lo que le provocó un serio daño neurológico.

La niña ingresó a un hospital del poniente de la Ciudad de México, donde el personal médico le dijo a su familia que no tenían la capacidad de atenderla y por ello la refirieron a otro hospital al norte de la misma capital, donde fue atendida por 26 horas, no 72, solo 26 horas, de acuerdo con el parte médico.

En esta institución la paciente fue declarada con muerte cerebral, debido al daño provocado por las sustancias que ingirió.

Por protocolo, el personal médico del área de Urgencias Pediátricas del hospital donde murió la niña reportó el hecho al Ministerio Público para que se determinaran las circunstancias que motivaron el deceso.

Releyendo esta breve narrativa, se puede notar que el sedicente periodista de un canal de televisión no indagó, no preguntó, no hizo periodismo y solo se limitó a redactar un tuit con lo que alguien le confió.

Pero sin duda, estuvo peor el papelazo de esos medios que ni siquiera se dieron cuenta (o quizá sí), de que el tuit del que se dice reportero no tenía nada de información verificada, confirmada ni documentada.

En general, mintieron con conocimiento de causa.

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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo hoy”, que se transmite los martes a las 13:00 h, por Radio Educación.

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