León XIV, el cardenal estadounidense Robert Prevost, es el primer papa de EUA. Cercano a Francisco, su elección refleja continuidad pastoral y un enfoque social, con raíces en América Latina
El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, de 69 años, fue elegido como el nuevo papa León XIV tras el cónclave realizado esta semana. Considerado cercano al difunto papa Francisco, su nombramiento representa la llegada al papado del primer pontífice originario de Estados Unidos.
Prevost ha sido uno de los principales colaboradores de Francisco. Fue nombrado prefecto del Dicasterio para los Obispos, organismo que selecciona a los monseñores del mundo, y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Su elección como papa ha sido interpretada como un gesto de continuidad con el enfoque pastoral y social impulsado por su antecesor.
Ordenado sacerdote en 1982, Prevost tiene una trayectoria amplia en América Latina, especialmente en Perú, país donde también obtuvo la nacionalidad. En ese país ejerció su misión desde mediados de los años ochenta en las regiones de Piura, Trujillo e Iquitos. En 2015 fue nombrado obispo de Chiclayo, y en 2018 asumió la vicepresidencia de la Conferencia Episcopal Peruana, desde donde enfrentó casos como la crisis del Sodalicio de Vida Cristiana.
Además de su labor misionera, cuenta con formación en Derecho Canónico y experiencia docente en Estados Unidos. Fue prior general del Capítulo Agustino de Chicago antes de ser llamado a Roma.
Prevost, cercano a Franciso
Su perfil moderado y su conocimiento de las realidades de América han sido bien valorados tanto por cardenales del norte como del sur del continente. Se le reconoce como figura de consenso entre sectores conservadores y reformistas.
El papa León XIV ha mostrado posiciones alineadas con Francisco: ha defendido un clero cercano al pueblo y ha pedido transparencia frente a los casos de abuso dentro de la Iglesia, así como atención a las víctimas.
Su elección marca un hito al ser el primer papa estadounidense, proveniente de una nación con gran influencia global, y con una conexión profunda con las periferias latinoamericanas, donde se concentra buena parte de los fieles católicos en el mundo.