Los migrantes no se encuentran completamente desamparados, pues cuentan con opciones de protección y regularización
Con una mochila al hombro, rostro quemado por el sol y caminar cansino, Anthony, migrante venezolano de 29 años, avanza junto con su esposa y dos hijos pequeños sobre la banqueta de la calle Ramón Rodríguez Familiar, en la capital de Querétaro.
“Ya íbamos en el tren (rumbo a Estados Unidos), pero Migración nos bajó en la Ciudad de México y desde allá venimos a pie”, expresa.
La situación de este joven venezolano se torna aún más complicada sobre todo después de que el Instituto Nacional de Migración (INM) anunciara el cierre temporal de estancias migratorias en el país y sus 33 albergues, incluido el ubicado en Querétaro, a causa del incendio de un centro de detención de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde lamentablemente murieron 40 personas, principalmente de Centro y Sudamérica, el 27 de marzo de 2023.
Sin embargo, siguen operando organismos de atención y defensa de migrantes que transitan por México, informa el INM en su página web.
Uno de ellos es Grupos Beta de Protección al Migrante, conformados por servidores públicos cuyo objetivo es brindar ayuda humanitaria, primeros auxilios, asistencia y orientación a los migrantes sobre sus derechos.
“Se encuentran ubicados en zonas del país donde estratégicamente puedan desarrollar sus funciones”, informa el INM.
Otro es Oficiales de Protección a la Infancia (OPI), con la misión de brindar asistencia a infantes extranjeros en cualquier trámite migratorio.
“También recibe a los menores de edad mexicanos que son repatriados de Estados Unidos”, agrega el instituto.
Finalmente, la Dirección de Repatriación Digna está enfocada en conseguir la reinserción de la población mexicana repatriada que haya decidido suspender sus planes de volver a cruzar la frontera norte del país.
Quizá estas opciones abran otros horizontes a migrantes como Anthony, quien concluye: “Llegaremos a Estados Unidos cuando Dios quiera”.
