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abril 20, 2024

Kipchoge y los viejos retos del atletismo

La gesta del keniano, al batir el récord mundial de maratón en un tiempo de dos horas, un minuto y nueve segundos, da un paso más hacia bajar de los 120 minutos, aunque en el atletismo aún hay otras plusmarcas pendientes de superar

El atletismo sigue con su empeño de batir las grandes marcas existentes y prueba de ello es la nueva contribución a este deporte del keniano Eliud Kipchoge, que volvió a bajar el récord del mundo de maratón, con un tiempo de dos horas, un minuto y nueve segundos, medio minuto menos que su anterior marca (2018), con una media de 2:52 minutos el kilómetro, una gesta que le ha valido los calificativos de “extraterrestre”, “marciano”, “atleta de otro planeta” o “salvajada” por la carrera realizada.

El nombre de Kipchoge aparece cada vez que se plantea la posibilidad de que el ser humano rebaje de las dos horas la prueba de maratón, está a 69 segundos, una hazaña que ya consiguió en 2019, con un tiempo de 1:59.40, una marca no validada porque contó con ayudas externas no permitidas por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés).

Kipchoge, que los últimos 17 kilómetros los corrió en solitario, reconoció al final de la prueba que “mis piernas y mi cuerpo todavía se sienten jóvenes, pero lo más importante es mi mente, que también se siente fresca y joven”.

El keniano, que el 5 de noviembre cumplirá 38 años, doble campeón olímpico (Río 2016 y Tokio 2021), tiene en mente bajar el cronómetro de las dos horas, su viejo sueño, Kipchoge no lo exprese claramente. “Celebraré este récord y tendré que darme cuenta de lo que he logrado. Simplemente volveré a correr y veré qué sucede”.

VIEJOS RÉCORDS DEL ATLETISMO

La marca de Kipchoge ha animado el mundo del atletismo y ha desempolvado viejos récords que llevan años sin ser batidos, algunos, del siglo pasado.

El más longevo lleva el nombre de la checa Jarmila Kratochvilova, establecido el 26 de julio de 1983, en los 800 metros femeninos, con un tiempo de un minuto, 53 segundos y 28 centésimas. Va camino de las cuatro décadas de vigencia.

Dos años después de la marca de Kratochvilova, el 6 de octubre de 1985, la alemana Marita Koch paró el cronómetro de los 400 metros en 47.60 segundos, en una prueba disputada en Camberra, Australia, récord todavía vigente y al que nadie se ha aproximado.

La búlgara Stefka Kostadinova es otro nombre dorado del atletismo. Kostadinova saltó 2.09 metros de altura en Roma, el 30 de agosto de 1987.

Un año después, la velocista estadounidense Florence Griffith dejó las plusmarcas de 100 (10.49 segundos) y 200 metros lisos (21.34 segundos), que perduran desde entonces, aunque estos registros han estado cuestionados tras su fallecimiento en 1998.

La cuñada de Griffith, Jackie Joyner-Kersee, mantiene su récord mundial de heptatlón también desde 1988.

Desde ese año también perdura la marca del relevo femenino 4×400 establecido por el equipo de la URSS, con una marca de 3:15.17.

Los nombres de los saltadores Mike Powell y Javier Sotomayor siguen vigentes casi tres décadas después. El estadounidense Powell mantiene la marca de 8.95 metros de longitud, en el Mundial de Tokio de 1991, 31 años después.

En el caso del cubano Sotomayor, superó el listón de 2.45 metros en una prueba de salto de altura celebrada en Salamanca, España, el 27 de julio de 1993, hace 29 años.

Otra añeja plusmarca mundial lleva el sello del británico Jonathan Edwards, el rey del triple salto desde 1995, cuando estableció una marca de 18.29 metros todavía vigente.

Los récords en lanzamientos también tienen un aire antiguo. En el caso del disco masculino, data de 1986 y está en posesión del alemán Jürgen Schult, con 74.08 metros, el mismo año que el entonces soviético Yuriy Sedykh lanzó el martillo a 86,74 metros. El checo Jan Zelezny lidera la jabalina (98.84) desde bastante después, 1996.

En el ámbito femenino, la marca de la exsoviética Natalya Lisovkaya en peso, 22.63 metros, data de 1987, un año antes del registro en disco de la alemana Gabriele Reinsch, con 76.80 metros. Desde 1988 también perdura la mejor marca en salto de longitud, 7.52 metros, conseguida por la exsoviética Galina Chistiakova.

Plusmarcas con viejo aroma que buscan que ser superadas, como la rebaja de las dos horas en maratón, sueños posibles del atletismo actual.

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